Laguna de los tres

dia 17: 2/05 

  Según nos habían dicho subir y bajar llevaría unas 8 horas, así que nos preparamos salir mas o menos temprano, mas menos que mas, entre desayuno, juntar algunas bártulos y despedida de Nacho y Mica que se iban esa mañana salimos a las diez, a paso firme pero tranquilo llegamos al comienzo del camino, ahí había unos palos que fueron usados de bastones, cada uno agarro el suyo y seguimos.

  Lo primero era sortear el cerro que es visible desde el pueblo, el camino terminó rodeándolo en formas ascendente pero con poca pendiente, pasamos por arboledas, pastizales hasta que vemos el río que pasa por el costado y desde allí se ve el glaciar que de Piedras Blancas que alimenta la laguna homónima.

 El recorrido total es de 12,5 km, asi que sabemos que falta todavía un buen trecho, seguimos caminando cerca de dos horas, caminamos por una planicie, bosques, rios, arbustos, una vegetación de lo mas variada, pasamos por la laguna Capri, con el Fitz Roy de fondo, tomamos unos mates ahí, y seguimos el camino hasta que llegamos un refugio, del otro lado del río después del campamento de Poincenot, de ahí es cuesta arriba.

 En el camino cruzamos a varias personas que ya volvían, cada tanto mirábamos hacia arriba tratando de adivinar el camino, había otro cerro que nos bloqueaba el camino, es decir, difícilmente se podría rodear como el primero, pero se lo veía muy alto, creo que cada uno para si mismo decía, no puede ser hasta arriba, debe haber un camino que pase por el costado, pero no se lo veía, mientras seguíamos subiendo, entre piedras desparejas, atrás había quedado el sendero de pendientes suaves.

  Allá arriba cada tanto vemos alguien a lo lejos que sube o baja, no importa, lo que si importa es que se deja entrever el camino, inevitablemente llega hasta arriba el maldito, y nos falta como 200 metros, seguimos sufriendo, digo subiendo, la nieve que se veía como adorno del cerro desde abajo, ahora está con nosotros, cada vez mas cubierta, en el sendero de piedras desparejas, a veces hay barro, de la nevada de hace unos dias, a veces hay nieve, pero lo malo es que muchas veces ya es hielo, y a medida que subimos se va 
consolidando, ya no hay calzado acorde, los borceguíes dan lo que pueden, los bastones de rama también, lo ideal es tener un baston con punta metálica para romper las capas de hielo, pero no hay. Entonces el tramo final del ascenso se hace lento.

  Ya no baja nadie mas, así que intuímos que seremos  los que cierren la laguna. Resbaladas varias llegamos al último tramo, nieve y hielo se alternan con las piedras, ya no hay vegetación, donde corno está el sendero? ya no se distinguen, hasta que llegamos, casi llegamos, porque falta subir unos metros de una lomada posterior que esconde la laguna...y llegamos, al fin. 

 Estamos solos, no hace frío realmente a pesar del hielo y nieve que nos rodea, así que sacamos fotos, buscamos agua, estamos unos minutos y empezamos a  bajar, la subida fue mas lenta que lo calculado y ahora tenemos que apurar para no estar bajando de noche. Calculo que el tramo mas empinado lo bajamos en un tercio de la subida, en el camino cruzamos una pareja de japoneses que venían mas atrasado que nosotros, demasiado diríamos.

  Llegamos al refugio donde empieza la parte empinada, ahi tomamos unos mates, Javier dijo, estuvo bueno....no cantes victoria que tenemos que volver le decimos, nos quedaban unos 10 km y el sol ya bajaba. Mas de dos horas a ritmo no nos alcanzaron para poder llegar de dia, se nos hizo de noche y todavía estábamos en el bosque, así que con dos linternas nos fuimos acomodando hasta llegar....

 El chino cuando nos dice al vernos, volvieron! ya no sabíamos nada de ustedes, y se ríe, ya íbamos a dar aviso a los guardarques.....como si se hiciera algo en caso de que así fuera. 

 Y así transcurrió la jornada, caminamos 25 km, subiendo 750 metros hasta los 1170 msn, unas diez horas tardamos en ir y volver, pero valió la pena porque es la única forma de disfrutar el lugar, desde adentro...